Encontrarlo en cada esquina de tu centro sin saber su
nombre
acaparar a los pájaros silvestres que en primavera
rebosan
recorrer los espacios vacíos, evadiendo a los estímulos
adversos
acoger a la tristeza como compañera de vida en la doma de tu hambre
conseguir la frialdad de vértebras, detectar para aumentar
el umbral establecido
conducir los espejismos de tu alma sobre una calle
repleta
perpetuar la muerte, silenciar las palabras
no abrir la boca pese a amar la risa, ahuyentando al aire prometido
SÍ
he vivido en el silencio
he sepultado al silencio
me he acostado junto a él
nos hemos tirado arena por
encima y ahora
respiramos
Fotografía: Vivian Maier
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